El árbol escrito e ilustrado por Ada Fanelli Había una vez un árbol que crecía, muy alto, en el cruce de dos caminos a la entrada de un pequeño pueblo de trabajadores. Era hermoso y fuerte. Sus raíces penetraban en las profundidades abrevando en un curso de aguas subterráneas. Aunque esas fibras leñosas parecían quietas, constituían el corazón mismo del árbol, empujando, absorbiendo y transformando minerales inertes y deshechos orgánicos en vida y energía, como un verdadero laboratorio donde miles de células vegetales como minúsculos obreros producían el milagro. El tronco, ancho y poderoso, estaba formado por conductos que en íntima unión transportaban la sabia hacia su destino: la copa de flexibles ramas, donde s...